Echando a volar mis pensamientos

Era un bonito día. Estaba soleado, y con una agradable brisa, que hacía el día menos sofocante.
Quería pensar, reaccionar ante lo que estaba pasando en mi vida.
Pero no quería pensar en el jardín, como lo hacían todos.
Esta vez tomé mi escoba, y me dirigí al campo de Quidditch.
Miré al cielo, y sonreí. Me subí a mi escoba, y me elevé despacio.
Comencé a moverme rápidamente, sintiendo como el viento golpeaba mi rostro, y despeinaba mi cabello. Me incliné hacia adelante, tomando mucha más velocidad, y sonreí de medio lado.
Luego, eché a volar mis pensamientos.
Tenía novia ahora, una hermosa y sexy novia. Sonreí ante ese pensamiento.
Era Slytherin. Eso era algo complicado, tanto para ella, que yo fuera un Ravenclaw, como para mi, que ella fuera una Slytherin.
Mis padres habían muerto, gracias a un maniático Slytherin. Todo porque mi madre era una muggle.
Había pasado dolorosos años, gracias a la ausencia de mis padres. Había tenido que vivir como muggle muchos años. Había tenido que aguantar desprecio por parte de muchos compañeros en la Academia, allá en Francia, porque era un "Sangre impura". Había llegado a odiar, en su momento, a todos los que creían en matar a los sangre impura.
Había odiado a los Slytherin, el año que había estudiado en Hogwarts, cuando tenía 12.
Y este año me había dispuesto, cambiar la mentalidad estúpida, que tenían la mayoría de los Slytherin sobre los "Sangre impura".
Pero nunca pensé, que me enamoraría de una Slytherin. Nunca pensé... que una Slytherin, se pudiera enamorar de un Ravenclaw, y peor, de un Sangre impura.
Ella era de sangre pura. Y había visto su brazo, no era tan estúpido para no darme cuenta de aquello, pero no iba a decirselo. Le dije que era sangre impura, para ver su reacción, y si de verdad estaba enamorada de mi, si de verdad sentía lo que sentía, no iba a dejarme, no iba a dañarme, no iba a traicionarme.
Pero... ¿Y si la obligaban?, Tensé mi mandíbula.
No dejaría que la obligaran, no dejaría de quererla... yo... moriría por ella.
Suspiré. Inmerso en mis pensamientos no me percaté que había salido del campo, y estaba a punto de estrellarme con unas rocas.
Me di cuenta a tiempo, y las esquibé, volví al campo, y descendí.
Me senté en una de las graderías, dejé la escoba a mi lado, y tapé con mis manos, mi rostro.
Yo sabía que para ella esto también era dificil.
Yo iba a estar con ella pase lo que pase, y no me importaba nada más. No me importaba que su familia me odiara, por ser un Ravenclaw, y sangre impura. No me importaba que mi familia pudiera odiarla, por el hecho de ser una Slytherin, como el asesino de mis padres.
No la iba a dejar, no... a menos que ella me lo pida, a menos que deje de quererme.
Bajé la mirada, triste. No quería que pasara eso. Tragué saliva, y suspiré.

Estaba sumido en mis pensamientos, cuando una chica me habló. Levanté la mirada, era una Gryffindor. Suspiré e intenté sonreír, como siempre.
- No, no me molesta... adelante -Sonreí de medio lado, y luego miré hacia el lado, desviando la mirada. Creo que habría sido mejor ir al bosque a pensar. Fruncí el ceño.

La miré y enarqué una ceja. ¿Quién era ella, y porqué preguntaba tan curiosa?
- Si... soy yo, ¿porqué? -Pregunté algo curioso.
La miré bien... para ver de donde la conocía, pero no... no la conocía de ningun lado.

Sonreí amplio, y sorprendido. Ella era la amiga de Emma, de la que tanto hablaba.
- ¡Tú eres la amiga de mi novia! -Reí.- Emma me ha hablado mucho de ti. -Le sonreí.
- ¿Así que te contó de mi? -Enarqué una ceja.- ¿Y qué cosas te contó de mi? -La miré atento. ¿Qué le habría dicho Emma?

- ¿Tipica charla de amigas? -Hice una mueca.- Entonces hablaron muchas cosas... -La miré aterrado, y luego reí.
- Y si, fueron buenas... no te preocupes. -Reí por lo bajo.
Pensé un momento ante su pregunta. Lo que me hizo recordar el porqué estaba aquí hoy. Suspiré.
- Si... juego. -Desvié la mirada.- Aunque venía a pensar... -Bajé la mirada.

Suspiré.
- Si... supongo que si, pero quería un momento... para pensar... en mi familia. -Murmuré.
Desvié la mirada nuevamente, y carraspeé.
Quería dejar de pensar tanto en esa estupidez. Mis padres murieron, punto. Soy huerfano, y debo preocuparme por mi hermano. Eso debe importarme, Mi hermano, y Mi novia. Nada más.