Sala de parto

Corrí básicamente desesperada por los pasillos de ese hospital. A penas me había enterado de que Kyra daría a luz a sus demonios, como le solíamos decir nosotras no dude en salir corriendo. Ni me fijé en lo que llevaba puesto, ni tampoco me importaba.
Doblé en una esquina y vi a Van Persie sentada en una silla.
- Oye- le grité con la voz agitada corriendo hacia donde estaba ella- ¿Esta bien? - la miré desesperada por la tranquilidad que esa mujer poseía.
Me fijé por la puerta que estaba a un costado y por la pequeña ventanilla noté a Kyra rodeada de medimagos y a Malfoy parado a su costado. ¿Entrar o no entrar? Esa era la cuestión. Entrar.
Entré calmada para no llamar mucho la atención y me quedé parada detrás de Malfoy, mirando a Kyra un poco preocupada-

Todo pasaba tan deprisa que lograba marearme,por lo cual cerrè los ojos,sintiendo el contacto de la mano de alguien con la mìa.
-Creo que estoy bien.. -susurrè y mirè a Scorpius.
-Amor,yo.. Sè que estas encadenado a mì por èsto.. Asique.. -hice una mueca- Asique si de verdad quiere huìr o algo por el estilo,lo entenderè -tratè de sonreìr.
-Lo ùnico que te pido es que.. que me des un beso en este momento,antes de que me vuelva fea y no quieras ..acercarte a mì -me rasquè la frente con el seño fruncido.

Llegué lo más rápido que pude al Hospital, y vi a Van Persie sentada en las sillas del pasillo, caminé lento, con las manos en mis bolsillos del pantalón, y me senté dos sillas más allá, sin hacer ruido, y con la mirada clavada en el suelo.
- ¿Como está Weelker...? -Pregunté en un susurro-
Luego levanté la mirada para mirar a Van Persie, tan calmada.

Reì algo entrecortado.
-Te amo màs.. -escuchè la voz de Pucey afuera.
-¡Pucey! ¡Exijo que entres ahora aquì! -gritè tratando de no estallar en carcajadas en ese momento.
Hice una mueca de dolor y tapè mi rostro nuevamente. Talves.. No saliera viva de allì.

Estaba hablando con Van Persie cuando escuché a Kyra llamándome a gritos.
Sonreí de medio lado y entré rápidamente, por lo visto no estaba grave.
Me paré al lado de mi novia y tomé su mano.
- ¿Cómo va todo? -Le Pregunté en un susurro a Emma, mirando como Kyra se tapaba el rostro con sus manos.

A pesar de toda la situación reí cuando Kyra llamó a mi novio de esa forma. Hasta hace poco lo odiaba y ahora.. pero esa no era la cuestión, es más reía un poco de los nervios, tenía miedo, claro que lo tenía. No podía quitarle la vista de encima, inclusive no dejé de mirarla cuando sentí que me tomaban de la mano.
- No lo sé- contesté mirándolo. La verdad es que no sabía nada, tenía menos idea de todo esto que cualquiera allí. Solo sabía que eran dos y podían ser híbridos. Punto Final.

Suspiré ante la respuesta de mi preocupada novia. Y se le notaba en su rostro, aunque quisiera disimularlo, estaba preocupada.
- Tranquila...- Le susurré, mirándola a los ojos. Acaricié su mano y besé su mejilla, para luego volver a mirar a Kyra. De verdad esperaba que estuviera bien, y que todo pasara rápido, y sin novedades.

La necesidad de querer tirarme arriba de mi amiga y que todo mágicamente estuviera bien era tan grande que nada de lo que dijo o hizo Adrian supo tranquilizarme. Estaba llegando al tope de la desesperación, viéndola así. ¿Qué irónico no? Vivíamos por, con y para la magia pero no había nada que la magia pudiera hacer contra una adolescente a punto de tener dos bebes.
Me aferré a la mano de mi novio como si fuera el pilar de mi vida, lo único que me decía "No hay nada que puedas hacer, ya se van a encargar los medimagos." Porque sabia que si fuera por mi ya estaría haciendo algo, no sé, algo.
- Lo intentaré- mentí, y el que se lo creyera era un tremendo... Al fin y al cabo la que estaba en esta situación era mi mejor amiga, mi hermana del alma.
Miré a los encargados de la situación un poco histérica ¿A caso no podían hacer algo?
- Se van a quedar ahí parados mirando como sufre?- les grité nerviosa- Muevanse, hagan algo!

El dolor comenzaba a incrementarse en mi cuerpo,pero logrè escuchar a una enfermera que ,cortesmente, tratò de hecharlos.
-¡No! -exclamè en un grito ahogado,tomando firmemente a Scor de la mano.
-Porfavor,sòlo èl -rogè con los ojos llenos de làgrimas.

No pude evitar mirar de mala gana a la doctora pero dentro de todo tenían razón, así ella estaría más calmada. Salí de la sala tironeando del brazo de Adrían para que saliera conmigo. El no hablo y yo tampoco lo hice, era un momento de tensión.
Me quedé parada detrás de la puerta, por la pequeña ventanita podía ver todo lo que pasaba, cosa que me ponía más nerviosa, pero no me importaba, restaba esperar.

Pasò tan ràpido nuevamente que lograba marearme. Ambos habìan nacido sanos y salvos,una niña y un niño.
-Benjamin & Megan -susurrè entrecortadamente,apretando la mano de Scorpius con fuerza.
Mi momento habìa llegado,pero no querìa,no querìa. Deseaba estar con mis hijos y verlos crecer al lado de mi esposo.. Talves en la misma forma que siempre.
Abrì los ojos con las casi ùltimas fuerzas que me quedaban,buscando con la mirada a la razòn de mi vida..
-Bonito.. -hice una mueca- Creo que es hora de que me muerdas,si de verdad deseas que estè contigo para ver crecer a los niños y.. Es lo que yo quiero -dije en un susurro casi inentendible,pero sabìa que èl comprenderìa los balbuceos sin sentido que salìan de mi boca..
O talves sòlo era cuesiòn de que leyera mi mente.

-Yo màs -susurrè con suavidad antes de sentir sus colmillos clavarse en la fina piel de mi cuello.
Por lo visto el dolor no cesarìa por un buen rato, aunque debìa aguantàrmelo ya que tarde o temprano iba a suceder.
Cerrè los ojos con un suspiro,aùn sintiendo el contacto de la mano de Scorpius sobre la mìa.