Conociendose {Scorpius,Megan & Benjamin M.}

Me sentía gustosa de compartir mi morada con mi mejor amiga y sus pequeños hijos. Me había encariñado de tal manera con los dos bebes que sentía que eran mi familia. Kyra me había pedido ayuda y jamás podría decirle que no a ella, y menos con ello. Mi casa era su casa y ella lo sabía.
Estaba un poco inquieta, más de lo normal, los nervios de Kyky había veces que se duplicaban en mi persona. Hoy vendría Malfoy a conocer a sus pequeños, ella estaba en mi habitación con sus dos niños mientras yo leía un poco en la planta baja. Estábamos solas en la casa, mis padres se habían tomado unas vacaciones.
Kyra, al ser vampira, había cambiado un poco pero para mi seguía siendo la misma de siempre, agradecía al cielo y a la vida de que siguiera allí de pie junto a sus niños y pronto junto a su novio, marido o lo que sea que fuera Malfoy para ella.
La puerta sonó y me adelante al elfo domestico de mi casa haciendole entender que atendería yo. Al abrir la puerta me encontré con Malfoy y su pequeño Bruce, estaba un poco más grande de lo que lo recordaba. Le sonreí a ambos.

- Malfoy, Bruce- sonreí dulcemente saludándolos y dejándolos pasar a mi casa. - Kyra te está esperando arriba - estaba siguiendo las instrucciones de Kyra a pesar de que me moría de ganas de darle un buen abrazo a Scorpius.

Reí por lo bajo ante el comentario de Scorpius, siempre tan educado y galán. Entendí que Malfoy quería subir solo por lo que asentí sonriendo ante lo que le dijo a Bruce. Le estiré la mano al niño sonriendo con impetú, es verdad que teníamos una colección de escobas y lo agradecía. El niño tomó mi mano un poco tímido.

-Está en mi habitación, tiene mi nombre escrito en la puerta -hice una mueca- pero sabes que la encontrarás por el aroma -reí burlándome de el. - Vamos Bruce, es por aquí- comencé caminar hacía la biblioteca. Un entretenido lugar para un niño de esa edad, puesto que mi biblioteca era rara.

Sentì el aroma de Scorpius detras de la puerta y me carcomì en nervios. Estaba segura de que podrìa sentir su perfume a kilòmetros de distancia. El picaporte de la puerta girò con lentitud y la puerta se abriò,dejando a la vista a Scorpius. Pronunciò mi nombre en un susurro y clavò su vista sobre la mìa. Estaba tan.. diferente. Podìa verlo de otra forma con mi nueva vista,estaba volviendome loca al verlo allì.
-Scorpius,bonito -murmurè algo desesperada.