¿Bienvenidos? (Nott, Malfoy, Pasquini, Corper, Linley y Bakers)

Tensé la mandíbula al ver la escena con Nott. Agradecía que había entendido el no comportarse como yo o como Malfoy y no pude evitar sorprenderme al ver como dos Muggles junto a unos mortífagos aparecían en la sala. *Esto se va a poner feo*.
Mi repulsión hacía los Muggles seguía siendo tan grande como siempre, el hecho de haber aceptado a un impuro no significaba que aceptaría a los Muggles también.
Cuando escuché mi apellido, otra vez, me propuse cumplir con sus palabras, eso querrían mis padres que yo haga. Me levanté lentamente, el dolor todavía era un impedimento para mi sistema nervioso. A toda costa intenté no mirar a los Muggles y reprimí el sonido molesto del llanto de la niña.

Alcé mi varita delante de mi mientras Corper hacía lo suyo con el niño. La niña más chiquita empezó a chillar luego de ver eso y me miró suplicante, sabía lo que yo iba a hacer. La señalé y levanté una ceja desafiante.
-Petrificus Totalus- grité cuando la niña se dispuso a correr.
-Sectumsempra- lo apunté directo al corazón y una herida comenzó a abrirse paso por pecho, mostrando el rojo de la sangre salir por allí, en menos de un minuto el cuerpo de la niña calló inerte en el suelo.

Sonreí al saber que lo había sorprendido, supuse que eso era algo bueno. Le guiñé un ojo a Corper cuando lo acepto, por lo menos él entraba y dirigí mi mirada hacía el Mortio que bien le gustaba todo esto de la iniciación, se notaba por el tono de su voz.
- Para ser sincera no quiero hacer nada- admití con voz fría. Era la verdad, no lo quería dejar, lo amaba y fin de la discusión.

-No- exclamé- Sobre mi cadáver - dije en voz fría.
- Puedo hacer todo lo que usted quiera para demostrarle que realmente quiero esto, cualquier cosa menos algo referido a mi novio- lo miré fríamente- Usted ¿alguna vez estuvo enamorado? -levanté una ceja enigmática- Pues yo si y no me importa lo que sea.

- Lo sé- levanté una ceja fríamente- Pero no me da miedo morir.
Era consiente de que lo que estaba haciendo era una de las más grandes decepciones que les traería a mis padre y quizás hasta a mis propios compañeros, pero ya todo me daba igual.

Lo miré con ganas de pegarle.
- Los Gryffindor se caracterizan por ser valientes pero eso no significa que los Slytherin no lo seamos- comenté con voz fría y segura- Pera ser mortifagos tenemos que ser valientes ¿No le parece? Si uno de aquí- señalé a todos los demás que estaban en la iniciación- Te tienen miedo a ti, no valen ser Mortifagos.
- No le tenemos que tener miedo a nada y menos a la muerte, porque si estan dispuestos a ser mortifagos están dispuestos a morir por ello- recalqué.

-¿Estas loco?- grité, fue una reacción que no pude evitar al ver lo que acaba de hacer. Me quedé mirando a Linley.
- Nadie de aquí se merece morir- me puse delante del Mortio con determinación- Sabe que acaba de atacar a uno de los chicos que más bien le vendría a usted? -alcé una ceja.
- Fijese primero quien está aquí por estar y quién está aquí para cumplir sus ordenes, pero no mate a quien no esté a la altura de usted, eso sería caer bajo.
- Y confío en que a usted no le gusta caer bajo - aclaré con voz amarga. La única que tendría que morir allí era yo, eso estaba claro.

Miré a Scorpius para luego levantar la mirada hacía el Mortio.
- Yo no le haré nada- dije en voz clara, alta y decidida.

Puse mi vista en Scorpius levantando una ceja. ¿Qué estaba haciendo?
- ¿Me vas a matar, Malfoy? - pregunté fríamente mirándolo a los ojos.
Si es lo que el decidía. No cambié la expresión de frialdad en mi rostro mientras levantaba mi varita, no tan decidida hacía el. No iba a hacerle nada solo me iba a defender.